"La pena es intensa, casi física, y me deja sin respiración."
- Confusión, B.A. Paris.
Querido lector:
Hola de nuevo, hoy te traigo otro review sobre uno de los libros que me ha hecho cuestionarme hasta mi propia existencia. Confusión, de B.A. Paris, fue el segundo libro que leí este 2021. Después de haber leído otra novela por la misma autora, y trataré darte esa reseña pronto, supe que en definitiva sería una buena manera de pasar el tiempo.
El libro se rige bajo el lema : "Si no te fías ni de ti mismo, ¿de quién te vas a fiar?" Denso, lo sé. B.A. Paris, la autora, se crió en Inglaterra, posteriormente se trasladó a Francia donde trabajó en el mundo de las finanzas para después trabajar como profesora y fundar una escuela de idiomas junto con su marido. Confusión, es su segunda novela, y tras el éxito de la primera (Al cerrar la puerta, que ha sido traducida a 35 idiomas) es de esperar que esta nueva entrega sea igual de apasionante que la primera. Claro, esto último siempre y cuando disfrutes de las historias en las que absolutamente todos y cada uno de sus capítulos te hacen querer no salir nunca más al mundo exterior y refugiarte para siempre en la seguridad de tu habitación.
Lluvia
Entonces, te pongo en contexto. Este libro es un ejemplo bellísimo la novela de thriller psicológico en la que vas a dudar hasta de tu sombra, y lo sé porque me pasó después. Tenemos, a mi consideración, dos personajes principales: Cass, la pobre mujer que se está volviendo loca, y al loco maniático que la está volviendo loca.
Una noche, después de salir con sus amigos, Cass regresa a su casa por un atajo, un atajo que su marido, Dan, le dijo explícitamente que no tomara porque podría ser peligroso atravesar el bosque a altas horas de la noche y con lluvia, pero claro que sí Cass hubiera hecho caso no habría historia. Así que le agradecemos que haya desobedecido a su marido para nuestro propio entretenimiento. Al atravesar el bosque para llegar a su casa, en donde su marido la espera, Cass ve a un auto estacionado a mitad del camino con una mujer dentro. Como buena samaritana, nuestra protagonista estaciona su propio carro con el fin de auxiliar a la mujer si es que está en problemas, pero ella no da señas de nada. A pesar de la lluvia, Cass está dispuesta a ayudarla, pero entonces asaltan su cabeza todas las ideas pesimistas de lo que podría pasar: por supuesto que nadie se estaciona a la mitad del bosque por el placer de hacerlo, o bueno, casi nadie. ¿Qué tal si la mujer es el cebo para una trampa en la que Cass acaba con un cuchillo atravesándole la garganta? Aún así, se queda en el auto un rato más, esperando que la mujer le haga alguna señal de que necesita ayuda. No lo hace.
Tras meditarlo, Cass emprende de nuevo el camino a su casa, dispuesta a llamar a la policía en cuanto llegue e informar que hay una mujer en un coche estacionado en el bosque a la mitad de la noche en plena tormenta... O eso hubiera hecho si no se le hubiera olvidado.
Mentiras
El arte de mentir data desde la mera existencia del ser humano, los humanos mienten con más frecuencia de la que les gustaría admitir, a veces por una buena causa, otra simplemente por el placer de hacerlo. Pero, aquí te pregunto, querido lector, ¿le mentirías a la persona que más amas con tal de que no se entere de los demonios que llevas dentro?
Yo creo que desde que uno se cuestiona está pregunta algo está yendo mal, si no puedes confiar en la persona que más amas, ¿Entonces en quién?
Cass, queriendo evitar decirle a su marido que tomó el atajo por el bosque la noche anterior se apega a su mentira, y dice que regrese por la carretera principal, primer error. Luego, ambos se enteran de que han asesinado a alguien en el atajo en el bosque, Cass vuelve a negar que uso ese camino, segundo error. Cass, entonces, recuerda que debía llamar a la policía al llegar a casa, tal vez si lo hubiera hecho la mujer seguiría con vida, tercer error.
¿Cómo es que se le ha olvidado llamar a la policía? De la misma manera que ha estado olvidando cosas últimamente. Dejando cosas donde no deberían estar o simplemente olvidando donde las dejó, como 160 libras para el regalo de una amiga.
Ella sabe que eso está mal, su madre comenzó así; Alzheimer precoz y luego su cerebro estuvo tan desgastado que dejó de funcionar. Cass teme qué esté pasando por lo mismo, y como si fuera lo más natural del mundo, decide ocultarlo a su esposo. Cómo si lo olvidadizo fuera una gripe y que con una buena noche de descanso todo estaría bien, cuarto error.
Paranoia
Hasta aquí, todo bien. Salvo el hecho de que Cass es una mentirosa y olvidadiza no hay nada fuera de lo común. El meollo de todo esté asunto es que Cass, a pesar de que olvida todo, no parece avanzar en relación con el asesinato de la mujer. Los noticiarios aseguran qué no hay pistas que los lleven al asesino, y si alguien sabe algo es necesario que lo comuniquen de inmediato a las autoridades. ¿Cómo puede Cass llamar y decir que ella vio viva a la mujer minutos antes de su asesinatos? ¿Cómo explicaría que pudo ayudarla pero no lo hizo? ¿Cómo admitiría que olvidó llamar a la policía y que eso fue lo que le costó la vida a la mujer? Páginas después nos darían a conocer que la mujer, en realidad es Jane Walters una reciente amiga de Cass, ¿Cómo es que no pudo reconocerla? Ahora está segura de que irá al infierno por no ayudar a su amiga.
Cómo si esto no fuera suficiente con lo que una mente humana promedio pudiera lidiar, Cass comienza a recibir llamadas anónimas en las que solo puede escuchar nada antes de colgar. Sabe que es el asesino. ¿La vio aquella noche? ¿Piensa en matar a la última testigo para salirse con la suya? Además cree ver a alguien frente a su propiedad que, para variar, está bastante alejada del camino principal. Nunca entenderé porque a la gente le gusta irse a vivir a una casa escondida en el bosque con el próximo vecino a kilómetros, ¿Qué tal si hay un incendio? ¿Qué tal si te caes por las escaleras? ¿Qué tal si se te acaba el papel del baño?
Cass ya no puede ocultar esto, y su mejor amiga, Rachel, y Dan, su esposo (que no se caen bien), son su único sustento aunque nunca les confiesa que ella fue la última persona que vio con vida a Jane.
No culpo, del todo, a la protagonista, si yo estuviera en sus zapatos probablemente me habría sentido igual, pero ¿Cómo es que logra olvidarse de todo menos de eso? Donde dejó estacionado el auto, el código de la alarma de la casa, el porqué compro una carriola para bebés si ella no tiene hijos, etc. Como si no pueda suficiente comenzar a olvidar, ahora también está viendo cosas, el cuchillo usado para asesinar a Jane está en su cocina, aunque cuando llama a Dan para que lo vea, este desaparece y es reemplazado por un cuchillo completamente diferente al que ella cree haber visto. Ante tantas inconsistencias con su mente, Dan decide llevarla al médico, pues ha contratado un sistema de seguridad para la casa sin recordar haberlo hecho, la prueba contundente es el contrato firmado por su puño y letra. Ya no puede escapar. Las pastillas la ayudarán a estar tranquila, pero las llamadas siguen llegando siempre que Dan está en el trabajo, quién llama sabe que está sola, la está vigilando. Al inicio, Cass está contra la medicación pues no quiere creer que está pasando con ella lo mismo que pasó con su madre, pero ante la preocupación de Dan, comienza a tomar las pastillas, que la dejan noqueada la mayor parte del día, al menos si el asesino la encuentra no dolerá cuando entierre el cuchillo en su garganta.
Descubrimiento
La vida, el destino o el universo, como quieras llamarlo, parece siempre estar conspirando en nuestra contra, pero siempre hay un pequeño detalle que hace que todo vuelva a la normalidad: palabras de aliento, una buena comida, un abrazo, o que te entreguen la pieza clave de tu reciente paranoia.
Debo admitir que en este punto de la lectura tuve que cerrar el libro, porque todo estuvo tan bien diseñado que era casi imposible haberlo deducido. Cuando volví a abrirlo, tuve que releer las últimas páginas para volver a concentrarme en la historia, sólo puedo decir que a veces, incluso las personas en las que más confías resultan no ser lo que esperabas. Creo que esto ya te arruinó el final del libro, pero hay más en el que te hará estremecer mientras dices: "Un capítulo más y ya."
Brillantemente redactado, fácil de leer, personajes complicados como cualquier persona que conozcas, una trama infalible, el misterio perfecto y un final sorprendente, hacen que Confusión sea la opción perfecta si quieres perderte un fin de semana en una historia paranoica e inquietante que te hará dudar de todo y de todos.
Hasta la próxima.
No hay comentarios:
Publicar un comentario