viernes, 11 de junio de 2021

Orgullo y Prejuicio, Jane Austen

"Para ella, el era el último hombre; para él, ella parecía ser la única mujer."
- Jane Austen, Orgullo y Prejuicio.





Querido lector:

Es una verdad universalmente aceptada que todo soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa. BULLSHIT. Pero si ese soltero es el señor Darcy entonces claro que acepto. Orgullo y Prejuicio, me atreveré a decirlo es, probablemente, la historia de amor más conocida entre nosotros los lectores. ¿Por qué? Bueno, basta con preguntarle a alguien que haya leído el libro para obtener una respuesta demasiado intensa y extensa sobre porqué es una de las mejores novelas de romance jamás escritas. Este libro es un claro ejemplo de mi abuelita diciendo que del odio al amor hay sólo un paso.
Y toda novela de romance tiene héroes románticos que, en definitiva, te hacen llorar porque sabes que jamás encontrar a alguien así en este mundo horrible y decadente, pero, si es que logras encontrarlo entonces serás la enviada de todos los lectores, pues tendrán una historia de amor digna de una novela en la que no muere nadie.

Intenté muchas veces escribir esta reseña como lo he hecho con las anteriores, pero, la verdad es que no siento que pueda hacerlo.

Podría hablarte del señor Darcy y de cómo su tonto prejuicio lo hizo cavar su propia tumba al intentar reprimir sus sentimientos. Podría hablarte de Elizabeth Bennet y cómo su enorme orgullo la volvió ciega ante ese los latidos de su corazón cada vez que cierto señor -dueño de Pemberley- estaba cerca. Es por esto que he decidido cambiar el juego un poco (y talvez por el hecho de que ahora no puedo escribir las reseñas sin tratar de organizar mis ideas) y contártelo de una manera diferente. No desde mi perspectiva de autora y en cómo la historia está estructurada y lo bien que está escrita, sino desde mi corazón de lectora que llora con la declaración del señor Darcy cada vez que ve la película o relee la novela.

El Clan Bennet


La familia Bennet es la protagonista de esta historia, pues de ella se desprenden los personajes más interesantes y queridos por los lectores. El matrimonio Bennet fue bendecido no una, ni dos, ni tres, sino con cinco hijas qué no podrían heredar la propiedad y bienes de su padres por el simple hecho de ser mujeres; por ellos que la señora Bennet, la madre, está obsesionada empeñada en casar a sus hijas a toda costa con hombres que puedan proveer para ellas y su familia antes de que su marido, el señor Bennet, muera. La señora Bennet toma cada oportunidad que se le presenta para encontrar un buen marido adinerado para sus hijas. 

Es así cómo comienza todo este lío de romances. 

 Comencemos entonces con la señorita Elizabeth Bennet, quien es la indudable protagonista de toda la historia. Elizabeth, es la segunda hija del matrimonio Bennet, ávida lectora y quién, a pesar de los deseos de su madre, está decidida a que sólo el amor más profundo la persuadirá de casarse. Esta es una de la razones por las que Elizabeth es uno de mis personajes femeninos favoritos, no tiene miedo de caer en la desgracia o la pobreza porque eso no es tan malo a comparación de traicionar sus ideales. Y siendo como es de terca y obstinada, más de una vez estuve golpeando la pared con mi cabeza por que la señorita Bennet no se dejaba querer por el señor Darcy. 

Querida Lizzie, si comenzara a llover en este momento y el dueño de Pemberley llegará en este momento a mi casa a decirme que lo he hechizado en cuerpo y alma y que me ama... me ama... me ama... NO DUDARÍA EN HUIR CON ÉL. Pero, yo no soy tú. Tú decidiste hacerlo sufrir todavía un poquito más. Te pasas, de veras.

Pero, bueno, ya que. Seguimos con esto. La turbulenta historia de amor entre Lizzie y Darcy no habría sido posible sin Janet Bennet y el señor Bingley (y cada que escucho este nombre no puedo evitar pensar en el licor).

Jane es la hermana mayor de Lizzie, y de todo el clan Bennet para variar. Se le describe como una jovencita tímida de belleza incomparable, más bonita que sus hermanas, y es en quien la señora Bennet pone todas sus esperanzas para sacar a su familia de la inminente pobreza en la que se verán sumidas.


Tras la sorpresiva y misteriosa llegada de un nuevo dueño a Netherfield, el señor Bingley; la señora Bennet sabe que el baile es la oportunidad perfecta para presentar a sus hijas ante un hombre pudiente y rico. En el tan fatídico baile Bingley es acompañado por una arpía chismosa su hermana Caroline y su mejor amigo el hombre más prejuicioso del planeta el señor Darcy. Jane y Bingley caen el uno por el otro más rápido que yo en las ofertas de Librerías Gandhi, y están destinados a ser la pareja del año y vivir felices para siempre. Aunque claro. ¿Qué sería de esta historia si no hubiera drama de por medio? Tras una serie de falsas conjeturas -que son culpa de la señora Bennet por andar de presumida con sus amigas-, Darcy y Caroline convencen a Bingley de que Jane no siente lo mismo por él, y que es mejor regresar a Londres antes de que le rompa el corazón. Bingley, quién al parecer no tiene voz ni voto en el asunto, se va. Dejando a Jane con el corazón destrozado y a la señora Bennet con un ataque de nervios pues ya no habrá boda.

A la par de todo esto, Lizzie y el señor Darcy no se llevan nada bien, pues ambos son de opiniones fuertes y más tercos que una mula. Aunque claro todo es culpa de Darcy por andar de hocicón diciendo que Lizzie no es lo suficientemente linda como para tentarla. Obviamente cualquiera le hubiera aventado un zapato a la cara, pero Lizzie se conforma con jurar odiarlo para toda la eternidad, SPOILER ALERT, no lo hace.


Casi siempre, en este tipo de novelas la acción se va desarrollando a lo largo de meses, y tras algunas peripecias como que el primo de las Bennet, el señor Collins, va a pedirle matrimonio a Jane, y luego a Lizzie, y luego a Charlotte, con quien al final se casa. Asegurando así que las hijas del matrimonio queden en la calle al no poder heredar la propiedad.

SALTO EN EL TIEMPO POR QUE SI NO NUNCA VOY A ACABAR.

Lizzie decide visitar a su íntima amiga Charlotte recién casada con el señor Collins, en la propiedad de Rosings, en dónde la casualidad, el universo y el destino conspiran contra ella al reencontrarla con el señor Darcy, y en dónde se entera que él fue el responsable de que su hermana y Bingley no hayan podido vivir su historia de amor. Si no fuera esto el colmo, el señor Darcy también decide que es el mejor momento para declararle su amor. Damas y caballeros, el señor Darcy, el rey del drama.

Obviamente Lizzie lo rechaza pues no puede ser esposa del hombre que ha arruinado la felicidad de su hermana. Y aquí se vienen una nueva serie de peripecias para las Bennet. Darcy en un intento de limpiar su nombre le escribe la mejor carta de amor explicándole todo de lo que se le acusa, y aquí a Lizzie se le ablanda un poquito el corazón. Regresa con su familia para luego emprender un viaje con sus tíos en el que nuevamente se encuentra con Darcy y se enteran que una de sus hermanas menores ha escapado con un oficial de regimiento, antiguo cortejante de Lizzie.

Dejaré un poco a tu imaginación lo que sucede después, por que es simplemente un excelente poema de amor romántico que perdurará a través de los siglos, y las generaciones siguientes seguirán cayendo ante los encantos de Darcy y seguirán admirando a Elizabeth por su lucha por el amor.

Hasta la próxima.

- Hestia


jueves, 3 de junio de 2021

El Fantasma de la Ópera, Gastón Leroux.

"La música posee una virtud que hace que no exista nada en el mundo exterior fuera de esos sonidos que invaden el corazón."

- Gastón Leroux, El Fantasma de la Ópera.


 

Querido lector:

La vida siempre da vueltas muy curiosas, y este libro me ha llevado a rayar en la obsesión con sus personajes -sobre todo Erik- y los lugares en los que se desarrollan tan maravillosas hechos. Esto probablemente se deba a la primera línea del libro: El fantasma de la ópera existió, y me niego rotundamente a creer que es sólo un personaje de ficción escrito por un francés chiflado, y muchas personas piensas igual que yo -por eso es que no me siento tan loca-. Y si el fantasma de la ópera existió, entonces también existió Christine Daaé y el vizconde Raoul de Chagny. Y si ellos tres existieron entonces la probabilidad de vivir una historia semejante es real, aunque poco factible ya que no me encuentro en París durante los mismos años que ellos.

Esto no me impide amarlos a la distancia de un futuro lejano y, al igual que muchos otros, tomarlos como inspiración para crear nuevas y misteriosas historias. Gastón Leroux nos dejó un libro que traspasa fronteras y siglos, y que muy seguramente seguirá siendo leída aún después de nuestras muertes, y también seguirá siendo adaptada para que las nuevas generaciones sean gustosas de apreciarla en otros formatos. La historia es tan vieja como el mundo ya que el amor es su principal personaje y este ha estado aquí más tiempo del que pudiéramos imaginar, pero el amor siempre viene de maneras muy distintas: trágico, correspondido, interrumpido, personal, etc. Intentar encasillar al amor en una sola definición de expresión seria la cosa más tonta, pues nadie ama igual. Y así como nadie ama igual, todos hacemos cosas diferentes por amor, en el caso del vizconde Raoul de Chagny fue ofrecerle su vida y todo lo que poseía a Christine, en el caso de Erik fue raptarla.

Supongo que ya estarás acostumbrado a mí manera de relatarte las cosas que considero importantes en la historia, esto no será la excepción. Te tengo tres partes importantes, o tres personas importantes más bien, que hacen que la historia tome forma y sea tan adorada por todos.

Erik


Erik es el protagonista de esta historia, aunque es más llamado como el Fantasma que por su nombre real, no sabemos a ciencia cierta cómo es que él llegó a las profundidades de la Ópera Garnier, aunque existen varios libros publicados con su versión de las vida de Erik antes de atemorizar a las bailarinas de la ballet. Lo que si sabemos de Erik es que, a mi consideración, es la prueba viviente de que la sociedad puede convertir en un monstruo a un niño que sólo buscaba la aceptación de la sociedad, y que al no encontrarla entonces se convertiría en una pesadilla para aquellos que le juzgaron por su apariencia.

El aspecto de Erik varía dependiendo de la adaptación, pero todos coinciden en que usa una máscara del lado derecho del rostro para ocultar su fealdad -deformidad por nacimiento- y que a pesar de ser feo, como si eso fuera un impedimento, es un genio en todos los sentidos de la vida. Es ventrílocuo, cantante, autor, compositor, arquitecto, asesino y director de teatro, no en ese orden de importancia. Pero es, sin duda, uno de los personajes más completos que he tenido la oportunidad de leer, y quién a pesar de todos los malos ratos sufridos en su vida aún conserva un atisbo de bondad (SPOILER ALERT) como nos muestra al final de la historia cuando deja ir a la Daaé.

Para mí es bastante complicado clasificar a Erik en una categoría de personaje literario, ya que es protagonista, amante, héroe y villano, todo al mismo tiempo y dependiendo del enfoque que el lector le vaya dando a la historia conforme avanza en ella. Pero si pudiera resumirlo en pocas palabras (además de mi personaje masculino favorito) lo describiría como un hombre triste y solitario que quiere un poco de amor. Claro que para la Daaé es su ángel de la música, y para el Vizconde de Chagny no es más que un monstruo con sed de sangre. Pero, hay algo en él, que aparte de darnos una historia de amor trágica nos hace sentirnos en sus zapatos y lloramos con él, lloramos por él, y quisiéramos entrar al libro para pelear contra aquellos que lo tienen por un monstruo.

Christine


A ti te odio. Eso es lo más cariñoso que puedo decirle a la Daaé, ¿recuerdas como Marius era un inútil que sólo servía para suspirar por el amor de Cossette? Pues Christine le dice quítate que ahí te voy. 

Christine es la hija huérfana de un aclamado violinista sueco, que pasa a vivir en el ballet de la ópera después de la muerte de su padre, en dónde se entrena para formar parte del cuerpo de bailarinas y luego comienza a entrenar su voz gracias al ángel de la música que ha enviado su padre desde el cielo para cuidarla y enseñarle a cantar. Este misterioso ángel no es más que la voz de Erik a través de las paredes de los camerinos de la ópera. ¿Pero entonces por qué tanto alboroto?

El punto de partida de la historia se lo debemos a la Daaé, quien al suplir a la prima donna de Carlota hace que su antiguo amor de la niñez (Raoul) se vuelva a fijar en ella y se interponga entre ella y su ángel de la música, que es un ángel muy celoso por cierto. Es aquí que comienza el triángulo amoroso, probablemente, más famoso de la historia. Christine Daaé sin saber muy bien por cuál hombre son sus sentimientos más fuertes hace lo que que toda chica haría, sale con los dos. . . O bueno, sale con Raoul, por que #LOVE-FROM-CHILDHOOD pero es secuestrada por el celoso de Erik. 

Sé que los libros escritos por hombres tienden a describir a los personajes femeninos como los ven ellos, una linda muchachita que no puede decidir de quién esta enamorada. Y yo creo que es la razón principal por la que no puedo empatizar con Christine. Pero, poniendo de lado mis sentimientos poco afectuosos hacia ella, debo reconocerle todos sus actos de generosidad con Erik.

Raoul


Honestamente de Raoul nunca he sabido con claridad que pensar más que él y Erik harían una mejor pareja. La importancia de este personaje cae en ser el rival del ángel de la música por el amor de la Daaé, y obligarla a actuar en Don Juan Triunfante, escrita por Erik, para usarla como carnada y así poder atrapar al fantasma y ser el héroe.

Aunque sé que Raoul es un personaje muy noble y honesto, a veces suelo pensar que es más un imbécil que cualquier otra cosa. Pero sin él no habría tan épica escena de batalla con espadas en un cementerio, así que se lo perdonamos.

La historia no cuenta además un poco sobre Madame Giry y su hija Meg, quienes sabían de la existencia del Fantasma y eran las únicas que no cuestionaban sus extravagantes exigencias. Tenemos además al Persa, que es uno de mis personajes favoritos, y qué es quien cuenta a Leroux (sí, el autor) los sucesos ocurridos en el quinto sótano con Erik y la Daaé, además de un poco del background de la vida de Erik y de porque es cómo es (Sólo quería amor, maldita sea.). Este libro nos ofrece mis cosas favoritas en el mundo, música, teatro, romance y muestres estrafalarias, además del suspenso de no saber cuáles serán las siguientes jugadas del Fantasma.

Pero te toca a ti, querido lector, juzgar por ti mismos si es Erik el héroe o el villano de esta historia; si Christine simplemente es incomprendida o se le van las cabras; y si Raoul debió abandonar a Christine y quedarse con Erik.

Hasta la próxima.

- Hestia



El Circo de la Noche, Erin Morgenstern

Querido lector: Los libros de fantasía no son de mis lecturas favoritas y trato de evitarlos en la mayor medida posible. No porque piense qu...