viernes, 7 de mayo de 2021

El Jardín de las Mariposas, Dot Hutchison (El Coleccionista #1)

"La belleza pierde su sentido cuando te rodea en exceso." 
- Dot Hutchison, El Jardín de las Mariposas.



Querido lector:

La buena noticia es que el FBI al fin ha podido resolver los casos de desaparición de incontables chicas, la mala noticia es que no están preparados para la tremenda historia de las sobrevivientes del Jardín. La primera entrega de la saga El Coleccionista, por Dot Hutchison es, sin duda alguna, la definición de empezar con el pie derecho una serie de crímenes tan atroces que te harán no querer volver a salir de tu casa.


Maya



Maya es la protagonista de esta historia, o más bien, la narradora de todo el desastre. Ha sido rescatada por el equipo de agentes especiales de FBI del departamento de Crímenes contra Menores, liderado por Victor Hanoverian, que estoy segura huele a hotcakes, y sus compañeros los agentes especiales Eddison y Ramírez (a quienes tenemos como protagonistas en los libros siguientes). La chica cuenta a través de sus ojos todo lo que sucedió dentro del Jardín y todo lo que el Jardinero y sus hijos hicieron; cómo aprendió a sobrevivir allí y a mantener la cordura. Sin duda, Maya no es la protagonista tradicional y es por ello que se ha convertido en una de mis favoritas. Gracias a que poco a poco, Maya (y hay que aclarar que este no es su verdadero nombre) se va abriendo con los agentes Eddison y Hanoverian podemos vislumbrar la actitud de una adolescente rebelde que siempre ha tenido que enfrentar al mundo sola, pero que nunca ha dejado que la vean como una víctima. Inclusive después de todo lo que pasó en el Jardín, ella mantiene su fuerza cuando la necesita, pues no va a dejar que nadie vuelva a lastimarla a ella o a ninguna de las chicas que escaparon con vida, por la otras... no puede hacer mucho.

Maya, nació dentro de una familia demasiado disfuncional, tanto que me sorprende lo mucho que la pequeña tuvo que madurar para cuidar de sí misma, tras ser abandonada en la feria y regresar a su casa en el auto de un pedófilo, es enviada a vivir con su abuela, quien no es mucho mejor que su madre. Maya queda al cuidado de la anciana, y esta muere pronto, lo que le da a Maya la salida perfecta, recoge todas sus cosas y todo el dinero que es capaz de reunir y se va a Nueva York, vivió en un hostal mientras trabajaba por las noches en un restaurante, en el que conoció a sus futuras compañeras de cuarto, se mudó con ellas pronto después y; tras darse una nueva identidad y falsificar una identificación, finalmente es secuestrada para despertar en el Jardín.

Digo, finalmente no por que me alegre de que la hayan secuestrado, sino porque de eso va la historia y sin el secuestro de Maya, cuyo nombre no es Maya, no tendría porque estar escribiendo esta reseña.

El Jardín



Maya despierta y junto a ella hay una bella chica que le explica lo que ha pasado, ha sido secuestrada por el Jardinero y está en el Jardín, no hay salida. Están en una habitación que tiene por muebles una cama, un excusado y una ducha, sin separación. Ese es su nuevo hogar ahora. El Jardinero se encarga de darles alimento y un techo bajo el cual dormir, deberían estar agradecidas ¿o no?

El Jardín es, sin duda alguna, el último lugar del mundo en el que yo querría estar, y creo que tú lector pensarías lo mismo, no importa lo bello que fuera, por que era bello, o las demás chicas que formaban una especie de extraña familia, por que eso eran, familia. No importa nada de esto, porque cualquiera que intente retenerme contra mi voluntad es un enemigo directo. El Jardinero era eso, el enemigo que creía tener la razón, que pensaba que estaba salvando a las chicas de un mundo cruel y sombrío, cuando la verdad es que él es quién las llevaba al mismo infierno convertido en un invernadero. 

El invernadero era enorme, lo suficiente para que todas las chicas tuviera su propio cuarto, un comedor y una pequeña biblioteca, además de todo el exterior para pasear durante el día siempre que su captor no quisiera estar con ellas. Había largos paneles de cristal en lugar de paredes en los pasillos, aquella era la peor parte.

No creo que deba contarte lo que hacía el Jardinero con sus chicas, porque muy seguramente ya te habrás hecho una idea, no las tenía ahí porque fuera un ser puro y bueno, sino porque quería complacer su deseo carnal con chicas de dieciséis a veintiún años. El veintiuno es un número importante dentro del Jardín, es el último cumpleaños de las chicas que lo habían, por que después de los veintiuno su belleza comienza a decaer, y el único propósito del Jardinero es preservar la belleza de sus Mariposas.

Las Mariposas



Así llamaba el Jardinero a las chicas que habitaban su Jardín; mariposas. Mucho tenía que ver con los tatuajes que les hacía en la espalda, dándole a cada una, una mariposa en concreto para luego bautizarlas con el nombre que él creía era el apropiado para ellas, Maya, fue el que le dio a nuestra protagonista. Pero, el terror de las mariposas apenas si empezaba ahí, el hombre además de saciarse con ellas, dejaba que su hijo mayor, Avery, lo hiciera también. ¿Podría ser peor? La respuesta es sí.

Te dije que el veintiuno jugaba un papel importante en el Jardín, era el último cumpleaños de las mariposas, el Jardinero para preservar la belleza de sus queridas concubinas hacía lo que nadie se atrevería a hacer, y lo que el FBI jamás pensó que fuera posible. Tras darles un último regalo, el Jardinero las llevaba con él a la habitación donde sucedía la masacre, quitarles la vida era una cosa, pero exhibirlas después en las paredes es algo que sólo un monstruo haría, por eso los paneles en los pasillos. Una interminable fila de chicas que habían perecido a manos del hombre que, en su locura, las exhibía como lo que creía que eran, sus Mariposas bajo litros y litros de resina, con tal de preservar la belleza de sus cuerpos y rostros, además del tatuaje que les daba identidad.

Si empiezo a contarte sobre todas las mariposas y sobre todos los sentimientos que me despertó este libro no acabaría nunca.

Sólo sé que Dot Hutchison sabe con exactitud lo que hace al escribir esta historia, lo cuál me da un poco más de miedo, la verdad, por que es capaz de jugar con tu mente al punto de tener que detenerte en la lectura y respirar para poder continuar. Pero no podríamos tener una buena novela de misterio sin el plot twist que hace que quieras arrancarte el cabello, ese pequeño gran giro llega junto con Desmond, el hijo menor del Jardinero, quien se enamora de Maya, y por algún tiempo cree que su padre es un santo por rescatar a todas esas chicas en peligro. Ya sé. Hombres.

Como ya pudiste notar, los hombre de esta familia no poseen una mente sana, así que era poco probable que uno de ellos delatara a su padre, no mientras ellos tuvieran alguna ventaja sobre el Jardín, en el caso de Avery acceso a las chicas (aunque fue expulsado un par de veces por ser demasiado violento) y en el caso de Desmond, su novia Maya. Spoiler alert, Avery se vuelve loco y esa es la ventana que tienen las Mariposas para poder huir.

No te contaré el final, pero ya sabrás que algunas de las mariposas logran escapar, y es Maya quien le cuenta a los agentes el FBI todo lo que sucedió dentro hasta antes de que fueran a su rescate.

El Jardín de las Mariposas es la manera más cruel y hermosa de adentrarte al mundo de El Coleccionista, la autora ha creado una serie de personajes e historias tan aterradoras como reales que te hacen ver de manera diferente el mundo que nos rodea. Así como Diana Gabaldon con la esencia de lavanda. Gracias a Maya, que no se llama Maya, podemos descubrir ese invernadero tan macabro en el que estuvo cautiva, y gracias a Victor Hanoverian apreciamos la historia desde el punto de vista de la policía, este es, hasta ahora, mi segundo libro favorito de este 2021, irónicamente el puesto número 1 lo ocupa la segunda entrega de estos agentes especiales del equipo de Crímenes contra Menores. En fin, querido lector, espero poder haber despertado en ti el deseo de sumergirte en esta historia tan maravillosa como terrorífica.

Hasta la próxima.

- Hestia

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