Si alguna vez te has encontrado cuestionando que es lo que pasa con nosotros después de la muerte, cómo es que los humanos funcionamos o qué pasa cuando dejamos de hacerlo, entonces este libro es para ti.
Para empezar, Patrick no es el protagonista ordinario (y sí, ya sé que el mundo literario está lleno de protagonista que no son ordinarios), pero cuando pones a un chico dentro del espectro autista a narrar la historia de un asesinato muy peculiar ya nada será igual.
El cuerpo que nuestro obsesivo y extraño protagonista, Patrick Ford, está examinando en su clase de anatomía grita en silencio "¡Ayúdenme, he sido asesinado!", y al padecer sindrome de Asperger la vida de Patrick se volverá aún más extraña.
¿Cómo podría probar que Número 19 (el cadáver) ha sido víctima de un asesinato y no de una muerte natural según los registros del hospital? ¿Sus profesores tomarían sus sospechas con la seriedad del asunto o no? Patrick nunca ha sido normal, su padre murió y su madre apenas di ha podido entablar conversación con él debido al Asperger, aunque supongo que esto tiene más que ver en cómo las personas reaccionan a la enfermedad que la enfermedad en sí. De todas las profesiones del mundo, el pequeño Patrick quiso dedicarse a la medicina, guiado a la profesión médica por la repentina muerte de su padre y por la pregunta que surgió de ella: ¿qué pasa cuando morimos?
A lo largo de la novela podemos obtener diferentes puntos de vista sobre la misma historia. Y la manera en la que el final es resuelto por un pequeñísimo detalle que nadie, más que Patrick, supo distinguir con eficiencia hacen de esta novela una digna representante de su género.
Ha sido galardonada en 2014 con el Premio Theakstone a la mejor Novela Negra y, nos da una historia impactante con una narración tan adictiva como original. Morir no es tan fácil es, sin duda, una de las novelas más inteligentes y originales que he tenido la oportunidad de leer.
Y al tomar mi pseudónimo de la diosa griega del fuego, me parece correcto calificar a partir de él.
🔥🔥🔥🔥/5
Espero con ansias volvernos a leer, querido lector.
Hasta la próxima, Hestia.
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